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Históricamente pensamos en deseo sexual como un impulso natural, como la sed o el hambre. Pensamos en el deseo como algo que “debe sentirse de forma natural” como una necesidad y solemos pensar que si no “sentimos” esa necesidad, entonces algo debe estar mal con nosotr@s.
Históricamente pensamos en deseo sexual como un impulso natural, como la sed o el hambre.
Pensamos en el deseo como algo que “debe sentirse de forma natural” como una necesidad y solemos pensar que si no “sentimos” esa necesidad, entonces algo debe estar mal con nosotr@s.
Felizmente durante las últimas décadas se ha descubierto que no es así. Como humanos estamos diseñados para sobrevivir y sabemos que sin agua o alimentos eventualmente moriremos. Nos da hambre porque necesitamos comer, nos da sed porque necesitamos el agua y eso es vital para el balance de nuestros cuerpos, pero el deseo funciona demanera muy diferente.
Hay millones de estudios sobre el deseo, que indican que el deseo sexual no funciona igual. De hecho cada día millones de mujeres en todo el mundo nos convencemos, de que entre más tiempo pasamos sin mantener relaciones, menos lo necesitamos del sexo en nuestras vidas. - Pero el deseo es menos un impulso o necesidad y mucho más una motivación.
Y para lograr sentir la motivación de practicarlo más, debemos estar convencidas de que vale la pena hacerlo. Si nuestra motivación interna para practicarlo es pobre, difícilmente estaremos en ese “mood” sexual que tanto buscamos.
Tal como cuando vas a un restaurante nuevo: si la comida o el servicio no te convencen del todo, difícilmente te sentirás motivada a regresar. Entonces, ¿cuál es el caso?
Como humanos nuestro cerebro guarda todo tipo de creencias y experiencias respecto al sexo. Los pros y contras que guardas en tu mente motivan o desmotivan tus hábitos sexuales, tal como lo haces con los lugares que visitas.
Por ejemplo, respecto al sexo mañanero puedes pensar de muchas formas diferentes, pero aquí tenemos dos que se contraponen:
La primera es una postura que se presenta sobre todo en relaciones a largo plazo en las que ya te sientes muy cómoda. Es una situación, en la que el deseo pasa del terreno del YO al NOSOTROS, de la “motivación personal” al terreno del “deber complacer a tu pareja”.
El simple hecho de pensarlo como un deber le da al deseo una carga que se contrapone totalmente a su naturaleza. ¿Entonces cuál de estas formas de verlo mata lentamente tu motivación sexual? La primera, por supuesto.
La terapeuta sexual Esther Peral lo define perfectamente: “Quiero ser sexual, pero en orden de importancia en mi vida, no quiero ser sexual”. Es importante que sepas que la pérdida de tu deseo sexual representa en realidad una fuerte desconexión contigo misma y con tu cuerpo.
Y lo más importante: recuerda que el deseo sexual no es cosa de trabajar en equipo. Es una de tus capacidades y derechos muy personales. Entonces, mientras más te des tiempo para escucharte, consentirte, cuidarte y estar alerta de tus necesidades, será más fácil que alinees tu pensamiento para que se mantenga en el lado sano y motivador del deseo: lo deseo, merezco placer, merezco darme tiempo para mi placer y sobre todo merezco ser complacida también por mi pareja.
Con el deseo podemos generar una relación más cercana e íntima con nosotros mismos y si decides compartir con alguién más, puede crear relaciones más cercanas, confianza y entonces ya es posible pensar en un NOSOTROS. Es decir, el deseo es tuyo y al desarrollar tu deseo ya te estás dando amor. Compartir tu deseo con alguien más puede fortalecer una relación amorosa, si es tu elección.
El deseo implica muchos otros ingredientes que en ocasiones, pueden parecer contrarios u opuestos a lo que pensamos típicamente del amor: lo impredecible, lo desconocido, lo novedoso y cierto riesgo, eso siempre dependerá del YO.
Aún en relaciones en las que “estar juntos” es prácticamente hacer vida separados, sentir deseo sexual por tu pareja en el momento correcto, parece un deber. ¡Muchas mujeres en el mundo se sienten exactamente igual!
Por eso estamos aquí para decirte que no estás sola, y para invitarte a destinar un momento para pensar en lo que a ti personalmente, muy dentro de tu mente y tu intimidad, te mantiene motivada sexualmente, lo que te prende y también en lo que no. Te invitamos a de cultivar tu individualidad sexual y a reconectar con tus fantasías y con tu cuerpo.
Intenta primero con fantasías, ve a tu interior, ¿qué tipo de imágenes pasan por tu mente cuando te sientes sexy, cuando te tocas o te das placer con un juguetito vibrador? Cultiva esas fantasías, toca tu cuerpo en formas nuevas y diferentes y no pierdas contacto con esa persona infinitamente sensual que eres.
Ese es el tip más importante para mantener despierto, pero sobre todo, complaciente tu propio deseo.
El secreto está en ti, tú tienes el poder en tus manos.
¿Algunas ves has sentido que tu deseo sexual esta bajo?, que situaciones han pasado para sentirte asi?