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Driller
Si creyeras todo lo que ves en la televisión o, más concretamente, en el porno, podrías pensar que hacer un trío es fácil o que ocurren espontáneamente, a menudo durante una consulta médica, y que siempre son asuntos glamurosos y sin complicaciones. O tal vez los percibas como un último intento desesperado de darle vida a una relación monógama; un Ave María cuando dos personas ya no soportan verse las caras en la cama.
En realidad, ninguno de estos clichés es del todo exacto. Puede que el aburrimiento en tu relación sea una buena razón para hacer un trío, pero también puede ser algo que simplemente se antoje hacer. Es más, aunque los tríos pueden ser divertidos y excitantes, también pueden ser un poco estresantes e incómodos, y requieren mucha planificación y comunicación.
Es posible que tengas muchas preguntas: ¿cómo voy a encontrar a la tercera persona? Por ejemplo, o, si estás soltero, ¿a la segunda y a la tercera? ¿Deberías descargar una aplicación específica, o es más bien una especie de “te hemos visto desde el otro lado del bar y nos gusta mucho tu estilo”? Después, cuando hayas encontrado a todos los jugadores (metafóricamente, no físicamente), ¿quién va a dónde? ¿Qué pasa después? Y, sobre todo: ¿estás preparado para hacer un trío sexual?
Para guiarte, hemos resumido todas las preguntas que deberías hacerte si lo estás considerando. También le hemos pedido al actor porno King Noire que nos dé sus consejos para que el trío sea lo más placentero y sencillo posible.
Si invitas a otra persona porque ya no disfrutas de tu vida sexual, quizá valga la pena averiguar qué es lo que falla antes de hacerlo. Un trío no va a hacer que de repente tú y tu pareja se gusten, y si el sexo con la otra persona te parece poco atractivo, bueno, seguirá siendo así. Además, quienquiera que sea invitado a la habitación contigo nunca debería irse con la sensación de que ha hecho que la brecha entre los dos se haga más grande.
Pero hay que alentar activamente el deseo de probar algo nuevo. Puede que se hayan dado cuenta de que una relación abierta no es una opción para uno de los dos (o para ninguno de los dos), o que un trío podría ser una buena forma de explorar en la cama cosas que simplemente son imposibles entre dos personas: quizá son dos hombres que disfrutan el sexo anal y los dos quisiera ser pasivos durante ese encuentro. Tal vez sean un hombre y una mujer a los que les gusta un tipo concreto de fetiche, pero que requiere de una tercera persona para que de verdad puedan excitarse. O puede que haya alguien en sus vidas que les interese a los dos por igual. Lo importante es hablar de ello y dejar claro que no se trata de un disgusto, sino del deseo de obtener más placer. Háblalo de la misma manera que hablarías de comprar un nuevo consolador o, por ejemplo, un columpio sexual.
También conviene ser consciente de algunas ideas erróneas sobre los tríos sexuales. En primer lugar, dice King, hay que erradicar la idea de que todo gira en torno a los hombres: “Muchos hombres [heterosexuales] son, por desgracia, incapaces de reconocer plenamente la humanidad de las mujeres, que incluye sus intereses, deseos y expresiones sexuales”, “A veces están tan centrados en su propio placer que piensan: ‘Si es un trío, tiene que ser todo sobre mí; estas dos mujeres están aquí por mí’, sin pensar siquiera que puede ser un trío sin hombres o con dos hombres”.
Puede que quieras traer a alguien para que los tres participen por igual, pero también puede que quieras invitar a una tercera persona que exista puramente para fomentar el placer tuyo y de tu pareja. Ambas cosas, siempre que sean respetuosas y consensuadas, son válidas, y alguien por ahí estará dispuesto a encajar en sus deseos. Lo bueno de ser una pareja que busca hacer un trío es que hay muchas otras personas interesadas —más de lo que crees—. Aun así, es importante saber qué cosas buenas quieres sacar de esto. ¿Quieres tener a dos personas peleándose por ti? ¿Quieres probar el sexo anal con un desconocido? ¿Quieres ver que tu pareja y alguien más tengan un encuentro apasionado? Citando a los grandes directores de teatro: llega a saber cuál será tu superobjetivo para la escena y, lo que es más importante, cuál será el de los demás.
Sin embargo, como dice King, no te presiones demasiado para “hacer todo el trabajo y ocuparte de los dos todo el tiempo”, explica. “Una de las grandes cosas de hacer un trío es que a veces puedes dar un paso atrás y solo ver, o apoyar a tus otros compañeros en su situación; puedes sostenerles la cabeza o levantarles la pierna”, dice. “Hay muchas formas creativas de participar en un trío en las que no estás penetrando directamente a alguien o siendo penetrado por alguien”.
Por supuesto, también es crucial asentar lo que no va a pasar. Todo es discutible. ¿Está prohibido besar? ¿Está prohibida la penetración o no pasa nada mientras nadie eyacule en otra persona? La cuestión es que si ambos no están igual de interesados en algo, probablemente debería ser una línea roja. También siéntete libre de señalar cosas que podrían ser un problema para ti; es bueno saberlo, incluso si esperas que no sean un problema a la hora de la verdad. ¿No estás seguro de cómo te sentirías si vieras a tu pareja realizando sexo oral a un desconocido? Plantéalo, aunque te parezca bien. Asegúrate de que ambos son conscientes del terreno.
“Tener esa conversación al principio ayuda mucho, para que cuando estés en el momento, tu pareja sepa con qué te sientes cómodo y viceversa”, añade King, “y lo mismo ocurre cuando acudes a esa tercera persona. Hazle saber cuál es tu nivel de comodidad como pareja, qué te interesa explorar, y averigua qué le parece bien a él también. Sé franco y honesto, igual que lo serías en una situación sexual a dúo”.
Además, debes establecer una palabra, un gesto o algo que sea fácil de usar cuando te den placer o cuando intentes comunicarte con las personas a las que les estás dando placer. Quieres tener la posibilidad de reagruparte si es necesario. Asegúrate de que sea algo natural para que un tercero no lo oiga y piense que se ha equivocado, y asegúrate de que no sea tan natural que pueda pasar desapercibido. Por ejemplo, si no fumas y el tercero en cuestión no lo sabe, el código puede ser: “Voy a fumarme un cigarro”.
Y no hace falta decirlo, pero asegúrate de que conoces tu estado de salud respecto a las ETS, o hazte la prueba antes.
Hay muchas opciones. Podrías repasar la lista de personas de tu vida y ver averiguar a quien le interesaría; te sorprendería saber cuántas personas se sienten halagadas y nada extrañadas por un mensaje así (aunque quizá deberías poner un límite con tus ex, ¡o no! ¡No te conozco!). “La mejor forma de organizar un trío es de forma orgánica y natural”, dice King Noire. “Simplemente estando cerca de gente con la que te siente bien”. Aunque admite que esto no siempre es fácil. “Es una de esas situaciones en las que puede que no tengas a una o dos personas más que estén interesadas en ti”.
En ese caso, también puedes probar con las aplicaciones. Las de app de citas heterosexuales no son especialmente excelentes para esto, pero si estableces una conexión con una pareja que deje claras sus intenciones, quizá consigas algún interés dentro de un área geográfica razonable. La popular Feeld puede ser tu mejor opción. ¿Eres gay? Puedes elegir entre Grindr y Scruff, no hay problema. Estas aplicaciones de citas están pensadas tanto para parejas como para solteros. Pero prepárate con fotos de ambos. Eso es muy importante.
También puedes probar en bares, discotecas y cruceros. Obviamente, puedes hacerlo en una boda, en una fiesta o simplemente en una noche de fiesta, pero sin duda hay lugares de encuentro donde puedes ir y tener un poco de sexo en público o encontrar a alguien que esté dispuesto a unirse a ti. Si se trata de un lugar de cruising —encuentros casuales en lugares públicos—, un cuarto oscuro, una fiesta sexual o simplemente un bar con un poco de reputación, hay diferentes lugares en los que puedes probar. Un consejo: este tipo de lugares tienen códigos de conducta distintos y tendrás que estar muy atento a la hora de registrar y entender las señales de consentimiento. Es decir, deberías estarlo siempre, pero cuanto más salvaje sea la situación, más astuto tendrás que ser.
Sea cual sea la forma en la que encuentres a tu tercero, King sugiere organizar un buen encuentro antes de llegar a la cama para que puedan “hablar, relajarse, vibrar y conocerse el uno al otro”. Y si de verdad quieres conocer a la tercera persona, sal a cenar con ella o él: “Muéstrale el aprecio que te gustaría que te mostraran a ti y a tu pareja”. Si parte del atractivo no consiste en conocer al tercero, King recomienda organizar el trío en un hotel o en un Airbnb, de modo que “cuando termine, todo el mundo pueda marcharse y seguir con su vida”.
Ya tienes al tercero y los tres están listos para comenzar, ¿y ahora qué? No hay nada más incómodo que un momento en el que todos están esperando a que alguien haga un movimiento. Esto puede ser algo que descubran sobre la marcha. Si uno de ustedes fue el que tuvo la idea, podría ser la persona más indicada para comenzar con la acción.
Una vez que hayan empezado, King dice que es importante hacer una comprobación para asegurarse de que todo el mundo está bien: “Cuando lleven un rato haciéndolo y se tomen un pequeño descanso, comprueben que todo el mundo se siente cómodo, apreciado y respetado. No hace falta que sea una lista de comprobación, pero asegúrate de que tu pareja sabe que te importa”.
El sexo es siempre más placentero, ardiente y apasionado cuando realmente sabes lo que le gusta a tu pareja, lo que le complace y lo que quiere obtener de la experiencia”.
Crear un ambiente relajado también es útil.
Y cuando se trata de ser lo más apasionado y placentero posible, King dice que cree en el dicho: “A boca cerrada no se da de comer”. Es decir, “Si hay algo que quieres hacer que te excita o que quieres ver, habla de ello”, afirma, “asegúrate de que a todo el mundo le parece bien, y luego hazlo. Muchas veces, la gente cree que el mejor sexo es el que ocurre por arte de magia, pero el mundo no funciona así. Cuanto más sepas, ya sea a través de la conversación, del lenguaje corporal o de cómo responde tu pareja a determinados estimulantes, más excitante será”.
Después, lo mejor es saber cómo serán las secuelas: lógicamente, querrás tener un tiempo para refrescarte y limpiarte, quizá ofrecerles una copa, pero, ¿se van a quedar a dormir? Si no se quedan y no tienes buenas conexiones de transporte público, ¿vas a pagarles el Uber? Si se quedan, ¿les preparas el desayuno? ¿Qué puedes hacer con el tercero mientras uno de los dos está fuera de la habitación? Además, si no te parece sexy la idea de una sesión de preguntas y respuestas después del coito, te lo estás perdiendo.
Una vez que la lujuria se ha desvanecido, es estupendo escuchar lo que funcionó y lo que no. Es incluso mejor si la charla es esperada, de lo contrario se convierte en algo incómodo para todas las partes. Antes, incluso de que ocurra, plantea qué cosas podrían ser buenas para hablar después. Una buena evaluación puede dar lugar a una sensación muy agradable de crecimiento, de comodidad e incluso de sexo a solas... bueno, una vez que hayan pasado los periodos de reflexión.