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El bajo deseo sexual es una de las “epidemias silenciosas” que afectan a las sociedades occidentales.
Según multitud de estudios, cada vez tenemos menos sexo, y nadie acaba de tener muy claro las razones de esta “recesión sexual”. Quizá el estrés de la vida moderna tiene mucho que ver en todo esto. El exceso de trabajo, la cantidad de distracciones que tenemos, el elevado consumo de porno… Quizá todo tiene un poco que ver.
Pero el sexo es muy beneficioso para nuestra salud física y mental. Lo hemos contado en múltiples ocasiones: el sexo mejora nuestra ansiedad, nuestra autoestima, nuestra salud cardiovascular e incluso hace que envejezcamos mejor.
Pero ¿qué hacemos si no tenemos ganas? Se trata de un problema serio que afecta tanto a hombres como a mujeres y, aunque para los hombres se ha encontrado la solución de tomar Viagra, que arregla el problema físico de no tener una erección, para las mujeres no existe absolutamente nada que funcione para todo el mundo.
De todos modos, existen algunas soluciones que no incluyen medicamentos y que pueden funcionar dependiendo de los casos. Algunas de ellas abordan el problema desde un punto de vista fisiológicos, otras psicológico y otros desde el de las relaciones. Quizá no todos funcionan para todo el mundo, pero a continuación te contamos cinco y esperamos que alguno de ellos haga el trabajo.
El buen sexo llama al sexo. Si ambos miembros de la pareja disfruten mucho en sus relaciones sexuales, es muy probable que estén deseando repetir la experiencia.
Nadie quiere tener un sexo malo o mediocre, todos queremos disfrutar a tope. Para ello, lo mejor es conocer nuestro propio cuerpo y comunicarnos bien con nuestra pareja para que sepa las cosas que nos excitan. También ayuda ser originales y no quedarse atascados en la rutina, que es una de las peores enemigas del deseo sexual.
Existen muchos medicamentos que tienen consecuencias sobre el deseo sexual: por ejemplo algunos que se utilizan para tratar la depresión o la ansiedad. En muchas ocasiones, los efectos negativos sobre el deseo sexual suelen ser pasajeros, pero la ayuda y la tranquilidad que nos puede dar un médico pueden ser muy útiles.
Según varios estudios, el deseo sexual está muy relacionado con el sueño. Nadie quiere tener sexo cuando se muere de sueño o le duele todo el cuerpo. Dormir bien y evitar sustancias como el alcohol o las drogas es fundamental para tener un buen sexo.
Además, el sexo te hará dormir mejor, lo que creará un maravilloso círculo virtuoso de sueño-sexo.
Puede resultar un poco duro escuchar esto, pero lo queramos o no, la imagen corporal es uno de los ingredientes básicos del deseo sexual. Tanto la propia como la de nuestra pareja.
Es complicado, ya que cada día a través de los medios se nos bombardea con cuerpos perfectos con los que inevitablemente nos comparamos y solemos estar peor. Es casi imposible hacerles competencia a esas imágenes, pero al menos, tenemos que trabajar nuestra percepción para sentirnos bien con nosotros mismos. Nunca nos encantarán todas las características de nuestro cuerpo, pero luchemos por aceptarnos y estar bien.
La vida real no es como las películas. Las personas no se excitan instantáneamente, sino que requieren de un poco de tiempo para que las cosas se calienten de verdad. A veces es necesario esforzarse un poco, concentrarse más de lo que sería deseable, pero una vez que lo consigues todo fluye de manera más sencilla. A veces, todo es tan sencillo como darte un poco de tiempo y confiar en que, en cuestión de minutos, la excitación llegará sin que tengas que hacer nada.
Por Juanjo Villalba
¿y tú cómo estas de tu deseo sexual? , ¿has notado que tu deseo sexual ha bajado? , ¿a qué crees que se deba? Cuéntanos tu experiencia