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Driller
El vibrador es sin duda alguna uno de los juguetes sexuales más populares y preferidos por todas las mujeres, pero… ¿sabes cuándo lo inventaron?
Según esto, este juguetito –que no se consideraba un objeto recreativo en ese entonces- fue inventado a principios del siglo XIX para tratar una enfermedad conocida como la histeria femenina… ¡Así como lo leen!
Aunque existen datos –no sabemos que tan fidedignos- que Cleopatra fue la primera en utilizar uno y es que ella ordenaba llenar una calabaza hueca con abejas para producir vibraciones, para luego introducirla en su lindo cuerpecito, con lo que podemos deducir que la mujer no “sufría de histeria”
Pero bueno, sigamos con el tema de la histeria ¿va?
Según esto, la histeria era una enfermedad exclusiva de las mujeres, es más hasta existe un mito de la antigua Grecia que cuenta que el útero deambulaba por el cuerpo de la mujer, causando enfermedades cuando llegaba al pecho, esta teoría da origen al nombre, pues la raíz proviene de la palabra griega para útero: hystera… ¿Qué tal? Esa no se la sabían ¿verdad?
Ya en la medicina medieval se le llamó “sofocación de la matriz” y se creía que la causa era la abstinencia sexual, matizando que la retención de fluidos sexuales era el origen de ese mal, aquí los remedios recomendados iban desde tener relaciones -si estaba casada, obviamente- hasta el matrimonio si estaba soltera, pasando por un buen masaje, esto como último, pero último recurso.
En la época victoriana la “enfermedad” de la histeria, la relacionaban con síntomas como la ansiedad, irritabilidad y pesadez abdominal y aquí para tratarlo, los doctores le realizaban a la paciente, un masaje pélvico, estimulando manualmente el clítoris hasta llegar al “paroxismo histérico”, actualmente conocido como orgasmo.
Ahora si ya entrados en materia, el hombre que tuvo la idea de crear este maravilloso invento del vibrador fue un médico llamado Joseph Mortimer Granville -que en 1870- cansado de masturbar manualmente a sus pacientes, patentó el primer vibrador electro-mecánico con forma fálica, mismo que fue todo un éxito, ya que lograba “aliviar” a las pacientes en menos de diez minutos de una manera relativamente sencilla, el invento fue tan popular, que muchos doctores comenzaron a usarlo y debido a su diseño portátil, las mujeres comenzaron a comprarlo para usarlo en casa.
Fue así como a principios de 1900 era común ver en revistas para el hogar o en periódicos anuncios de consoladores –se le llamaban así, ya que le daban consuelo a las mujeres- aunque la verdad es que se vendían como la solución para curar dolores de cabeza, masajear el rostro y reducir las arrugas o bien… para tener a las mujeres felices.
Varios modelos comenzaron a comercializarse a través de todo tipo de revistas y periódicos con frases como:
“La vibración es la vida”
“Porque tú, mujer, tienes derecho a no estar enferma”
“La vibración proporciona vida y vigor, fuerza y belleza”
“El secreto de la juventud se ha descubierto en la vibración”.
Y es que en aquellos años la aplicación del vibrador sobre el clítoris era entendida como una práctica exclusivamente médica… ja, ja, ja.
A partir de 1920, los “consoladores” aparecen en las primeras películas porno, y es ahí donde empiezan a perder –un poco- su credibilidad como instrumento médico.
Ya a principios de los años 50, la “Asociación americana de Psiquiatría” declaró que la “histeria” no era una enfermedad, lo que hizo que el vibrador fuera visto como un juguete sexual y considerado un instrumento de perversión, por lo que se dejó de publicitar como una licuadora más y bueno, no fue hasta los años 60, que la revolución sexual trajo de vuelta al vibrador, la marca japonesa Hitachi presentó un moderno masajeador eléctrico de alta potencia, capaz de ayudar a deshacerse del estrés y la tensión muscular, la popularidad del vibrador fue tal que Hitachi, un tanto apenado por poner su nombre en un juguete sexual, renombró el producto como Magic Wand.
Durante años, este vibrador que parece una lámpara y que se conecta a la corriente eléctrica, fue uno de los modelos más populares hasta que a mediados de la década de los 90, llegó un nuevo modelo que revolucionaría la industria de los juguetes sexuales: el Rampant Rabbit, un vibrador que incluía un estimulador del clítoris y uno vaginal en un solo dispositivo… Y el resto –como dicen- es histeria, digo historia.
Actualmente basta con visitar una Erotika Love Store para encontrarte con una gran selección de vibradores y masajeadores de tooooooooodos los modelos y para todos los gustos, la selección es tan rica –en todo el sentido de la palabra- que seguramente saldrás con más de uno y bueno, si de plano no quieres salir de tu casa puedes pedirlos en línea, es muuuuuuuy fácil, por lo que ya no existe razón alguna para ponernos histéricas… ¿estamos?
Te invitamos a conocer el vibrador más poderoso y potente, recién llegado a Erotika, Wanderfull, es más discreto que nunca.